Las plantaciones en América, el Caribe y otras partes del mundo dependían en gran medida del trabajo esclavo para producir cultivos comerciales como azúcar, algodón y tabaco. La demanda de estos cultivos estaba en auge en Europa y otras partes del mundo, y los propietarios de plantaciones estaban dispuestos a pagar altos precios por esclavos para trabajar sus campos.
Además de las plantaciones, los esclavos también fueron utilizados en otras industrias como la minería, la construcción y el servicio doméstico. La alta demanda de mano de obra esclava en una variedad de industrias ayudó a impulsar el crecimiento de la trata de esclavos.