Atractivo aventurero y romántico: El heroísmo captura la imaginación de la gente. Las historias de héroes atrevidos de la Primera Guerra Mundial, exploradores como Charles Lindbergh y aventureros como Amelia Earhart apelaron al sentido de aventura y romance que prevalecía durante los años 20.
El auge de los medios y la cultura popular: El desarrollo de los medios de comunicación, como la radio, el cine y los periódicos, desempeñó un papel fundamental. La cultura popular promovió activamente figuras heroicas, creando héroes a partir de individuos de la vida real y personajes de ficción por igual.
Influencia de la literatura y el arte: La literatura, el cine y el arte reflejaron y celebraron figuras heroicas. Las obras literarias de F. Scott Fitzgerald y otros presentaban personajes complejos que a menudo luchaban por encarnar ideales heroicos.
El sueño americano y el individualismo: La década de 1920 estuvo marcada por una fuerte creencia en el sueño americano y el individualismo. Mucha gente veía a los héroes como símbolos de lo que los individuos podían lograr mediante sus propios esfuerzos y talentos.
Estos factores se combinaron para hacer que los estadounidenses de la década de 1920 estuvieran profundamente fascinados con los héroes como representantes del coraje, el sacrificio, la aventura y la esencia misma de lo que significaba ser estadounidense.