El factor más significativo que llevó directamente a Estados Unidos a entrar en la Segunda Guerra Mundial fue el ataque a Pearl Harbor por parte de Japón el 7 de diciembre de 1941. El asalto sorpresa a la base naval estadounidense en Hawaii resultó en la pérdida de miles de vidas estadounidenses y daños significativos. a la Flota del Pacífico. Este acto de agresión provocó una abrumadora protesta pública y una declaración de guerra de Estados Unidos contra Japón al día siguiente.
Guerra submarina sin restricciones:
Antes del ataque a Pearl Harbor, las tensiones entre Estados Unidos y Japón habían ido aumentando debido a la agresiva expansión japonesa en la región del Pacífico. Una cuestión clave fue el uso por parte de Japón de la guerra submarina sin restricciones contra buques mercantes, que amenazaba los intereses y las líneas de suministro estadounidenses. El hundimiento de varios buques estadounidenses y la pérdida de vidas estadounidenses aumentaron la presión pública para que se tomaran medidas contra Japón.
Sanciones económicas y embargo:
Estados Unidos había impuesto sanciones económicas y un embargo petrolero a Japón en respuesta a sus acciones agresivas en Asia. Estas medidas tenían como objetivo debilitar las capacidades militares de Japón e impedir una mayor expansión. Sin embargo, el embargo también tuvo la consecuencia no deseada de empujar a Japón a adoptar medidas más desesperadas, lo que en última instancia contribuyó a la decisión de atacar Pearl Harbor.
Apoyo a los aliados:
Estados Unidos mantuvo estrechos vínculos y brindó un apoyo significativo a sus aliados europeos y del Pacífico que ya estaban en guerra con Alemania y Japón. La caída de Francia y la amenaza que representaba la Alemania nazi en Europa, así como los avances japoneses en el Pacífico, obligaron a Estados Unidos a asumir un papel más activo en el conflicto global.
Sentimiento aislacionista:
A pesar de estos factores, existía un fuerte sentimiento aislacionista dentro de Estados Unidos antes de la Segunda Guerra Mundial. Muchos estadounidenses se mostraron reacios a involucrarse en conflictos extranjeros y creían que el país debería centrarse en sus propios asuntos internos. Sin embargo, los acontecimientos que precedieron a diciembre de 1941, incluido el ataque a Pearl Harbor, erosionaron el apoyo público al aislacionismo e influyeron en la opinión pública a favor de la intervención en la guerra.