El hundimiento de Lusitania: En mayo de 1915, un submarino alemán hundió el barco de pasajeros británico Lusitania, matando a más de 1.200 personas, entre ellas 128 estadounidenses. El incidente indignó a la opinión pública en los Estados Unidos y aumentó el apoyo a la intervención en la guerra.
El telegrama de Zimmermann: A principios de 1917, los británicos interceptaron y decodificaron un telegrama del ministro de Asuntos Exteriores alemán, Arthur Zimmermann, al embajador alemán en México. El telegrama proponía una alianza entre Alemania y México, y Alemania se ofrecía a apoyar a México en la recuperación de los territorios perdidos ante Estados Unidos en la guerra entre México y Estados Unidos. La divulgación del telegrama enardeció aún más a la opinión pública en Estados Unidos y llevó a muchos a creer que Alemania era una amenaza para la seguridad estadounidense.
El compromiso de Sussex: En mayo de 1916, Alemania se comprometió a no hundir buques mercantes sin previo aviso, tras varios incidentes que involucraron a buques estadounidenses. Sin embargo, Alemania reanudó la guerra submarina sin restricciones a principios de 1917, lo que llevó a Wilson a romper relaciones diplomáticas con Alemania.
La guerra submarina sin restricciones: En febrero de 1917, Alemania anunció la reanudación de la guerra submarina sin restricciones en el Atlántico, ignorando el Compromiso de Sussex. Esta acción amenazó el transporte marítimo estadounidense y aumentó el riesgo de un conflicto directo entre Estados Unidos y Alemania.
La Revolución Rusa: La Revolución de febrero en Rusia en 1917 y el posterior derrocamiento del régimen zarista tuvieron un impacto significativo en el pensamiento de Wilson sobre la guerra. Creía que Estados Unidos tenía la responsabilidad de apoyar los movimientos democráticos en el extranjero y ayudar a difundir la democracia en todo el mundo.
En resumen, aunque Woodrow Wilson quería mantener una política de neutralidad, una combinación de factores, incluido el hundimiento del Lusitania, el Telegrama Zimmermann, la reanudación de la guerra submarina sin restricciones por parte de Alemania y la Revolución Rusa, finalmente lo llevaron a cambiar de opinión y entrar en la Primera Guerra Mundial del lado de los aliados.