* Oportunidad económica: Estados Unidos estaba experimentando un rápido crecimiento económico durante este período y mucha gente veía al imperialismo como una forma de acceder a nuevos mercados y recursos para sus negocios. Estados Unidos tenía una larga historia de expansión hacia el oeste y muchos estadounidenses creían que el futuro de la nación radicaba en ampliar sus fronteras. El imperialismo ofreció la oportunidad de establecer colonias y obtener acceso a nuevos mercados, recursos y oportunidades.
* Orgullo nacional: Estados Unidos había derrotado recientemente a España en la guerra hispanoamericana, y esta victoria dio a muchos estadounidenses un sentimiento de orgullo y confianza nacional. Creían que Estados Unidos era una gran nación y que debía ejercer su influencia en el mundo. El imperialismo permitió a Estados Unidos mostrar su poder y prestigio al mundo.
* Darwinismo social: El darwinismo social es la creencia de que las sociedades humanas evolucionan según los mismos principios de selección natural que se aplican a las especies biológicas. A finales del siglo XIX, mucha gente aplicó el darwinismo social a las relaciones internacionales. Creían que las naciones, al igual que las especies, competían por la supervivencia y que las naciones más fuertes eventualmente prevalecerían. Argumentaron que el imperialismo era necesario para asegurar la supervivencia y el dominio de Estados Unidos en un mundo competitivo.
* Misión cristiana: Muchos estadounidenses sintieron el deber de difundir el cristianismo y la civilización occidental al resto del mundo. Los misioneros creían que tenían la obligación moral de compartir su fe con los demás y que el imperialismo era una forma de hacerlo. Algunos misioneros también creían que era necesario difundir la civilización occidental para traer orden y progreso al mundo.
Éstas son sólo algunas de las razones por las que el imperialismo parecía tan atractivo para muchos ciudadanos estadounidenses a finales del siglo XIX y principios del XX.