Según el censo estadounidense de 1940, sólo aproximadamente la mitad de todas las unidades de vivienda tenían bañera o ducha, y aún menos tenían inodoro con cisterna. En las zonas urbanas, la proporción de hogares con plomería interior era mayor, mientras que en las zonas rurales, muchos hogares todavía dependían de letrinas y pozos.
La difusión de la plomería interior en los EE. UU. estuvo influenciada por varios factores, incluidos los avances tecnológicos, las condiciones económicas y las iniciativas de salud pública. El desarrollo de accesorios y sistemas de plomería eficientes hizo que la plomería interior fuera más asequible y accesible, mientras que el aumento de la urbanización y el crecimiento económico impulsaron la demanda de servicios modernos. Las campañas de salud pública también destacaron la importancia del saneamiento y la higiene, además de mencionar la adopción de plomería interior.
Por lo tanto, si bien la plomería interior estaba presente en los EE. UU. en 1934, su prevalencia variaba, y las áreas urbanas tenían tasas de adopción más altas en comparación con las áreas rurales.