El Estatuto de Virginia para la Libertad Religiosa fue una legislación histórica que se promulgó en 1786 en el estado estadounidense de Virginia. El estatuto, que fue redactado en gran parte por Thomas Jefferson, tuvo un profundo impacto en la relación entre religión y gobierno en los Estados Unidos. La disposición clave del estatuto declaraba que el gobierno no tenía autoridad para interferir en asuntos de religión. Esto significaba que los individuos eran libres de practicar su propia religión sin temor a la interferencia o persecución del gobierno. El estatuto también estableció el principio de separación de la Iglesia y el Estado, que se ha convertido en un principio fundamental del derecho y la política estadounidenses.