El presidente John F. Kennedy estaba extremadamente estresado sobre qué hacer con los misiles en Cuba. Sabía que si no hacía nada, la Unión Soviética tendría una ventaja significativa en la Guerra Fría. Sin embargo, si tomaba una acción militar, corría el riesgo de iniciar una guerra nuclear.
Kennedy consideró varias opciones, incluido un bloqueo naval de Cuba, un ataque aéreo contra los sitios de misiles y una invasión de Cuba. Finalmente se decidió por un bloqueo naval, que esperaba obligaría a la Unión Soviética a dar marcha atrás sin iniciar una guerra.
El bloqueo naval tuvo éxito y la Unión Soviética finalmente aceptó retirar los misiles de Cuba. Sin embargo, la crisis dejó a Kennedy profundamente conmocionado y nunca se recuperó completamente del estrés de esos 13 días.