Historia de Sudamérica

Reflexión sobre la enseñanza de la historia en el Perú

Por:Eddy Romero Meza

No se ha advertido del todo cómo la reforma educativa de los años 90 afectó a la ya deficiente enseñanza de la historia. La devaluada educación pública heredada de los años 1980 ha experimentado un cambio, no necesariamente para mejor. El cambio de un currículo por materias a uno centrado en áreas significó la desaparición de carreras con estructura autónoma como historia del Perú, historia del mundo, geografía, economía, etc., y la reunión de todas ellas bajo la denominación de área de la ciencia. social. Todo bajo la idea de buscar la integración de conocimientos para lograr una comprensión más completa de la realidad social. Multidisciplinariedad e interdisciplinariedad como aspiración laboral en las aulas escolares. Con el pretexto de un enfoque constructivista, se declaró la guerra a todo lo “tradicional”, y en nombre de ello se asesinó la independencia de las disciplinas docentes.
Reflexión sobre la enseñanza de la historia en el Perú
Una obra marginal y poco difundida fue la del profesor Carlos Barriga (exdecano de la Facultad de Educación de la UNMSM), donde explicó el valor de un currículo por materias, ya que respeta la organización del conocimiento por especialidades, dominio básico para cualquier intento interdisciplinario. El currículo por áreas respondía a la creencia de que los “conocimientos parcelados” (materias) correspondían al pasado y no al presente; y que se adaptara mejor a los retos del futuro (conocimiento y trabajo interdisciplinario). Lo cierto es que no hay experiencia en el mundo del conocimiento interdisciplinar, sin antes acercarse a los conceptos básicos o fundamentos de algunas especialidades por separado.
Además, como informó la especialista en psicología educativa y constructivismo, Susana Frisancho (docente-investigadora de la PUCP), sorprendió cómo los técnicos especialistas del Ministerio de Educación se referían a lo cognitivo con cierto desprecio:“aprendizaje basado en la experiencia, más que cognitivo”. Es decir, la experiencia como elemento promotor del aprendizaje significativo, y el cognitivista entendida como meros procesos formales de la mente. En el caso particular de la historia, la asignatura quedó reducida a un espacio de memoria, necesario ser abortado en nombre de un futuro donde los profesores también desaparecerían, ya que su rol tradicional cambiaría. Ahora su destino sería convertirse en "facilitador", "mediador" o "intermediario" entre los estudiantes y la construcción autónoma del conocimiento. Un constructivismo simplificado o mal entendido por los técnicos del Minedu, donde se contraponía un docente constructivista a uno simplemente “cognitivista”. Los verdaderos conocedores del tema saben que el constructivismo implica una amplia comprensión y utilización de los procesos cognitivos del estudiante, ya que estos son en los que se basa todo el aprendizaje humano. La memoria es también un componente fundamental, nunca descartado.
El resultado de las reformas de los años 1990 ha sido el de un área de las ciencias sociales, donde los profesores se hacen cargo de cuatro o cinco materias reunidas en un solo curso, con mucho menos tiempo disponible que en el pasado. Los docentes de la zona, de manera resignada, se limitan a dedicar un período de dos meses de docencia a cada antigua materia (historia del Perú, historia universal, geografía, economía). Cabe señalar que un bimestre se compone básicamente de 8 o 10 clases o sesiones de aprendizaje, para cada área. Suponiendo por supuesto la asistencia puntual del profesor a cada clase, o la no interrupción de las clases por cualquier motivo (huelga, aniversarios, actividades diversas). Reflexión sobre la enseñanza de la historia en el Perú
La situación del curso de historia, tal como se ve, es notoriamente precaria. Primero por su inexistencia como tal, y segundo por las pocas o nulas señales de cambio al respecto. El esfuerzo de los docentes es la única respuesta a un enfoque curricular ideal y no realista. Pues bien, los técnicos encargados de estos cambios nunca pisaron las aulas, ni han sostenido una carrera docente completa, en las mismas condiciones que la mayoría de los docentes del país.
Los egresados ​​de las facultades de educación e institutos pedagógicos de los últimos 20 años, se han formado en modelos de enseñanza inspirados en un constructivismo poco entendido, y con un muy bajo dominio de los contenidos (gestión del conocimiento del área a enseñar). La teoría pedagógica desborda los cursos de formación docente, descuidando la correcta gestión de los contenidos didácticos. No existe un buen profesor, donde forma y fondo no se complementan y existe un cierto equilibrio (experiencia en la enseñanza y dominio de los contenidos del curso). Este último punto es un tema raramente mencionado cuando se denuncia la crisis de la educación peruana. Las formaciones patrocinadas por el ministerio sólo se centran en aspectos como la didáctica y la evaluación, pero poco o nada hacen para garantizar a un docente la suficiencia en el manejo de su curso, a nivel de contenidos.
No hay duda de que la memorización tiene sido uno de los males de la enseñanza de la historia. Pero en nombre de esto se ha intentado borrar la historia como disciplina de estudio e insertarla en un ámbito improbable de la enseñanza, donde ni la interdisciplinariedad ni el conocimiento de conceptos básicos de la especialidad de la historia (cambio, continuidad, procesos , situación, estructuras, acontecimiento, etc.).
La enseñanza de la historia enfrenta diferentes problemas y desafíos, no sólo en aspectos curriculares; También están los de la mala formación docente, la brecha entre la historia académica y la historia escolar, las dificultades de comprensión lectora de los estudiantes, el poco estímulo familiar y social en torno a la reflexión sobre cuestiones del pasado y sus implicaciones presentes. , la escasa difusión de la lectura como hábito temprano. Finalmente, la casi inexistente investigación sobre temas relacionados con la didáctica de la historia y las ciencias sociales en general en nuestro medio.
La creciente marginación de la enseñanza de las ciencias sociales y las humanidades es un fenómeno mundial, y comenzó con la eliminación de la enseñanza de la filosofía. Quién sabe, tal vez pronto le llegue el turno a la historia, si es que de alguna manera no lo ha hecho ya.
Fuente:lamula.pe