En la Iglesia Católica se les llama reliquias a los cuerpos de los santos, o a partes de sus cuerpos, y a los objetos que hayan pertenecido a ellos o hayan estado en contacto con ellos. El culto a las reliquias se remonta a los primeros años del cristianismo, como consecuencia de las persecuciones y los mártires de la fe. En torno a las reliquias siempre se ha considerado si detrás de ellas hay una realidad histórica y una base científica que pueda demostrar, al menos, su antigüedad o, simplemente, es fruto de una devoción excesiva y de vendedores de humo que querían sacar algún beneficio. , porque se les atribuyen poderes milagrosos. Así las reliquias se convirtieron en un objeto de prestigio para el lugar donde eran veneradas y en una importante fuente de ingresos. Si a la devoción excesiva e incuestionable sumamos los poderes milagrosos y la fuente de ingresos, tenemos la base perfecta para que pícaros y estafadores construyan sus negocios. Además, alimentada por la propia Iglesia porque desde el siglo IV se autorizaba la fragmentación de los cuerpos de los santos para distribuirlos, porque por pequeño que fuera el fragmento mantenía su virtud y sus poderes milagrosos. El comercio de reliquias se convirtió en un negocio... hasta el siglo XIII, cuando el Concilio de Letrán prohibió el comercio y la veneración de reliquias sin un "certificado de autenticidad" (sólo podían ser veneradas si contaban con el visto bueno de la Iglesia). ).
Paralelamente a los más conocidos y que pueden tener cierta historia o leyenda, existen otros que por su cantidad o rareza son más propios de quienes actúan de mala fe aprovechándose de la buena fe de los demás:
- Las treinta monedas que recibió Judas por la traición se han convertido en unas doscientas (aquí, al menos 170 son falsas)
- De San Juan Bautista, que bautizó a Jesucristo y murió decapitado, se veneran varias cabezas y más de sesenta dedos (ni siquiera sumando los dedos de manos y pies salen las cuentas)
- Siendo judío, Jesucristo fue circuncidado a los pocos días de su nacimiento... hoy se veneran tres prepucios. No hace falta hacer cuentas aquí, pero uno podría preguntarse si cuando resucitó lo hizo con o sin prepucio.
- Una brizna de paja del pesebre del niño Jesús (esto ya está rizando mucho el rizo)
- Trozo de mantel de la Última Cena. Gracias al cuadro de Leonardo Da Vinci sabemos que, al menos, la mesa tenía mental.
- Carbón con el que fue martirizado en el asador San Lorenzo (el carbón es leña que se quema pero no se consume)
- Una piedra con la que apedrearon a San Esteban (y seguimos dando vueltas)
- Diente de Santa Apolonia (fue martirizada al arrancarle los dientes). De hecho, ella es la patrona de los dentistas.
Imagen:Dosis Diarias (Alberto Montt)