Incapacidad para regular el comercio: Los Artículos de la Confederación no otorgaron al gobierno nacional el poder de regular el comercio entre estados. Esto provocó un caos económico y dificultó el funcionamiento de las empresas.
Sin poder para gravar: Los Artículos de la Confederación no otorgaban al gobierno nacional el poder de recaudar impuestos. Esto significó que el gobierno tuvo que depender de contribuciones voluntarias de los estados, que a menudo eran poco fiables.
Representación injusta: Los Artículos de la Confederación otorgaban a cada estado un voto en el Congreso, independientemente de su población. Esto significó que los estados más grandes estaban subrepresentados, mientras que los estados más pequeños tenían un poder desproporcionado.
Imposibilidad de modificar: Los Artículos de la Confederación no podían modificarse fácilmente. Cualquier cambio requería el consentimiento unánime de los trece estados, que era difícil de obtener.
Como resultado de estos fracasos, los Artículos de la Confederación finalmente fueron reemplazados por la Constitución de los Estados Unidos en 1789.