Por el contrario, tanto Francia como Gran Bretaña tienen leyes de medios más restrictivas. Por ejemplo, en Francia es ilegal publicar o transmitir cualquier cosa que se considere ofensiva para el presidente u otros funcionarios del gobierno. En Gran Bretaña existen leyes estrictas contra el discurso de odio y la incitación a la violencia.
Además, Estados Unidos no tiene un sistema de medios financiado por el gobierno, como lo tienen muchos países europeos. Esto significa que los medios de comunicación en Estados Unidos son libres de operar independientemente del gobierno e informar sobre las noticias sin temor a la censura.