Los Romanov fueron una dinastía de monarcas rusos que gobernaron desde 1613 hasta 1917. El último emperador, Nicolás II, fue derrocado por los bolcheviques en la Revolución de Octubre de 1917. Luego, los Romanov fueron puestos bajo arresto domiciliario en la Casa Ipatiev en Ekaterimburgo.
En julio de 1918, los bolcheviques decidieron ejecutar a los Romanov. La familia fue llevada a un sótano y asesinada a tiros por un pelotón de fusilamiento. Luego los cuerpos fueron quemados y enterrados en una fosa común.
Hay varias razones por las que los bolcheviques pudieron haber decidido matar a los Romanov. Una razón fue que los Romanov eran vistos como una amenaza para el nuevo gobierno soviético. Los bolcheviques temían que los Romanov pudieran ser utilizados como punto de reunión de las fuerzas contrarrevolucionarias. Otra razón fue que los Romanov eran vistos como símbolos del antiguo orden. Los bolcheviques querían destruir todo rastro del antiguo orden, y los Romanov eran vistos como uno de los principales símbolos de ese orden.
La ejecución de los Romanov fue un acto brutal e innecesario. Se estima que más de 100.000 personas fueron ejecutadas por los bolcheviques durante la Guerra Civil Rusa. Los Romanov fueron sólo una de las muchas víctimas de esta violencia.
La ejecución de los Romanov ha sido condenada por muchos historiadores y activistas de derechos humanos. Se considera un símbolo de la brutalidad y la inhumanidad del régimen bolchevique.