Seguridad colectiva: Fortalecer organizaciones internacionales como las Naciones Unidas y promover el estado de derecho y la resolución pacífica de disputas.
Cooperación económica: Fomentar el comercio global y la interdependencia económica, lo que puede crear incentivos para la cooperación y desalentar los conflictos.
Control de armas y desarme: Reducir la disponibilidad de armas y el comercio de armas puede disminuir la probabilidad de conflicto.
Diplomacia y negociación: Participar en esfuerzos diplomáticos y negociaciones para resolver disputas pacíficamente y evitar malentendidos.
Educación y sensibilización: Promover la educación para la paz, la comprensión cultural y la empatía para fomentar una cultura de paz a nivel de base.
Fortalecimiento del derecho y las instituciones internacionales: Apoyar a organizaciones como la Corte Penal Internacional para responsabilizar a los responsables de crímenes de guerra.
Mitigar la desigualdad social y la pobreza: Abordar cuestiones sociales y económicas subyacentes que pueden contribuir a conflictos y disturbios.
Promoción de los derechos humanos y la democracia: Garantizar el respeto de los derechos humanos y los valores democráticos puede ayudar a reducir los agravios y el riesgo de violencia.
Acción climática: Abordar el cambio climático, ya que sus efectos pueden exacerbar las tensiones sobre los recursos y contribuir a los conflictos.
Transparencia y alfabetización mediática: Combatir la desinformación y promover la transparencia en los medios puede ayudar a contrarrestar la propaganda y reducir la probabilidad de manipulación.
Intercambios culturales y educativos: Promover el entendimiento entre diferentes culturas e historias puede ayudar a reducir los prejuicios y fomentar la empatía.
Prevenir la carrera armamentista y la proliferación: Gestionar el comercio de armas, controlar la proliferación de armas de destrucción masiva y reducir el gasto militar pueden ayudar a crear un entorno global más estable.
Participación y empoderamiento de los jóvenes: Involucrar a los jóvenes en los esfuerzos de consolidación de la paz y brindarles oportunidades para contribuir puede ayudar a fomentar una cultura de paz para el futuro.
Es importante tener en cuenta que, si bien estas medidas pueden contribuir a prevenir guerras como la Segunda Guerra Mundial, crear una paz duradera requiere un compromiso sostenido de los gobiernos, las organizaciones internacionales y las personas de todo el mundo.