Tecnología: Los europeos tenían una importante ventaja tecnológica sobre los nativos americanos. Tenían pistolas, cañones y otras armas avanzadas que les daban una clara ventaja en la guerra. Además, los europeos tenían herramientas de hierro y caballos, lo que los hacía más eficientes en la agricultura y el transporte.
Enfermedad: Los europeos trajeron consigo nuevas enfermedades, como la viruela, el sarampión y la gripe, que devastaron a la población nativa americana. Estas enfermedades redujeron la población nativa americana hasta en un 90% en algunas áreas.
División interna: Los nativos americanos no estaban unidos políticamente y a menudo luchaban entre ellos. Esta división les dificultó resistir a los invasores europeos. Por el contrario, los europeos estaban unidos bajo un solo rey o reina y tenían un ejército mucho más disciplinado y organizado.
Destrucción cultural: Los europeos a menudo intentaron destruir o suprimir la cultura y la religión de los nativos americanos. Esto se hizo a través de misioneros que intentaron convertir a los nativos americanos al cristianismo, así como la destrucción de artefactos y sitios religiosos nativos. Esta destrucción de su cultura contribuyó a la pérdida de poder e identidad de los nativos americanos.
Alianzas: A veces, los europeos pudieron controlar a los nativos americanos aliándose con ciertas tribus y enfrentándolos a sus enemigos. Aprovechando las rivalidades entre diferentes tribus, los europeos pudieron debilitar la resistencia de los nativos americanos y ganar apoyo para sus propios intereses.
En general, el control de los europeos sobre los nativos americanos fue el resultado de una combinación de factores que incluían ventajas tecnológicas, enfermedades, divisiones internas, destrucción cultural y alianzas.