Durante el siglo XVI, los barcos europeos comenzaron a llegar a aguas chinas con una frecuencia cada vez mayor. Los portugueses fueron los primeros en llegar, en 1513, y pronto les siguieron los españoles, holandeses e ingleses. Estos barcos europeos llegaron en busca de comercio y trajeron consigo nuevos bienes e ideas que tendrían un profundo impacto en la sociedad y la cultura chinas.