La principal política de aislamiento del zar Pedro el Grande (que reinó entre 1682 y 1725) fue la Gran Embajada de 1697 a 1698. Se trataba de una misión diplomática, encabezada por el propio Pedro, a Europa occidental, con el objetivo de modernizar Rusia y fomentar el comercio internacional. Durante esta misión, Peter negoció una serie de tratados, pero estaba más interesado en adquirir tecnología y experiencia europeas, que creía necesarias para fortalecer a Rusia.
Resultados de la Gran Embajada
Como resultado de la Gran Embajada, Pedro realizó una serie de reformas en la sociedad y la cultura rusas, incluida la introducción de vestimenta, costumbres y leyes occidentales. También estableció una serie de instituciones nuevas, como la Academia Rusa de Ciencias, fundada en 1724. Estas reformas tuvieron un profundo impacto en la sociedad rusa y ayudaron a convertir a Rusia en un actor más poderoso e influyente en el escenario mundial.
La muerte de Pedro el Grande y la crisis de sucesión
Pedro el Grande murió en 1725, y su muerte fue seguida por una crisis de sucesión, que resultó en una serie de intentos de intervención extranjera. Estos intentos no tuvieron éxito, pero aislaron aún más a Rusia de Europa, a medida que Rusia se preocupaba cada vez más por las intenciones de sus vecinos europeos.
La guerra de Crimea
La Guerra de Crimea (1853-1856) fue un conflicto importante entre Rusia y una alianza de potencias europeas, incluidas Gran Bretaña, Francia y el Imperio Otomano. La guerra fue provocada por la expansión rusa en los Balcanes, que amenazaba al Imperio Otomano y los intereses de sus aliados europeos. Rusia fue derrotada en la Guerra de Crimea y la guerra tuvo un profundo impacto en la política exterior rusa, a medida que Rusia se aisló cada vez más de Europa y se centró más en sus propios asuntos internos.