1. Aumento del nacionalismo: El nacionalismo, una creencia en la superioridad de la propia nación, se hizo cada vez más frecuente a finales del siglo XIX y principios del XX. Las naciones compitieron entre sí por el dominio, lo que generó tensiones y rivalidades.
2. Expansión de Imperios: Las potencias europeas expandieron sus imperios coloniales, impulsadas por ambiciones económicas y políticas. La competencia por recursos y territorios intensificó las rivalidades entre naciones.
3. Carrera armamentista :Con la expansión de los imperios y el creciente nacionalismo, hubo una carrera armamentista entre las potencias europeas. Cada nación buscó fortalecer su fuerza militar, aumentando el riesgo de conflicto.
4. Tensiones en los Balcanes: La región de los Balcanes en el sudeste de Europa fue un foco de tensiones. Los sentimientos nacionalistas provocaron conflictos entre varios grupos étnicos y rivalidades entre Austria-Hungría y Rusia por la influencia en la zona.
5. Aparición de movimientos sufragistas: A principios del siglo XX se produjo el crecimiento de los movimientos por el sufragio femenino, que pedían el derecho al voto de las mujeres. Estos movimientos cobraron impulso en países como Estados Unidos y Reino Unido.
6. Movimientos Socialistas y Laboristas: Los movimientos socialistas y sindicales cobraron fuerza en Europa y más allá. Estos movimientos abogaron por los derechos de los trabajadores, mejores salarios y una mayor representación política para la clase trabajadora.
7. Paneslavismo: El paneslavismo, un movimiento que promueve la unidad entre los pueblos eslavos, ganó influencia en el Imperio ruso y los Balcanes, alimentando tensiones con otras naciones.
8. Decadencia del Imperio Otomano: El Imperio Otomano, que alguna vez fue una poderosa potencia global, estaba en declive. La pérdida de territorios y la inestabilidad interna lo hicieron vulnerable a la presión externa.
9. Surgimiento de Estados Unidos como potencia global: Estados Unidos se estaba convirtiendo rápidamente en un actor económico y político importante en el escenario mundial, pero mantuvo una política exterior en gran medida aislacionista hasta la Primera Guerra Mundial.
Estos cambios políticos y tensiones crearon un entorno propicio para el conflicto, que finalmente condujo al estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.