- Sin tierra: La mayoría de los campesinos en Rusia no tenían tierras, y muchos de los que sí las tenían estaban agobiados por fuertes impuestos y obligaciones para con sus terratenientes.
- Dificultades económicas: Los campesinos a menudo se veían obligados a vender sus cosechas a precios bajos a terratenientes ricos, y también estaban sujetos a altos impuestos y tasas de interés.
- Servicio militar: Los campesinos debían servir en el ejército durante largos períodos de tiempo, lo que a menudo los alejaba de sus familias y granjas.
Trabajadores:
- Salarios bajos: Los trabajadores de las fábricas en Rusia recibían salarios muy bajos y, a menudo, trabajaban en condiciones peligrosas e insalubres.
- Trabajo infantil: El trabajo infantil era común en las fábricas rusas y a menudo se obligaba a los niños a trabajar largas horas por un salario reducido.
- Falta de derechos: Los trabajadores tenían pocos derechos según la legislación rusa y, a menudo, estaban sujetos a abusos y explotación por parte de sus empleadores.
Inteligencia:
- Represión política: El gobierno ruso reprimió cualquier forma de disidencia y muchos intelectuales fueron arrestados, encarcelados o exiliados por sus creencias políticas.
- Desigualdad social: La intelectualidad era una clase relativamente privilegiada en la sociedad rusa, pero todavía estaba sujeta a muchas de las mismas restricciones que los campesinos y trabajadores.
- Deseo de cambio: Muchos intelectuales estaban frustrados por el atraso de la sociedad rusa y querían que Rusia se convirtiera en un país más moderno y democrático.
Éstas son sólo algunas de las causas del descontento entre los campesinos, los trabajadores y la intelectualidad que condujeron a la Revolución Rusa de 1917. La combinación de estos factores creó un clima de malestar y revolución en Rusia y, en última instancia, condujo al derrocamiento del régimen. régimen zarista.