1. Centralización de la justicia: Enrique II estableció tribunales reales y jueces itinerantes que viajaban por todo el reino para conocer casos. Esto centralizó la administración de justicia y la hizo más consistente, lo que redujo el poder de los señores locales y aumentó la autoridad del rey.
2. Derecho común: El sistema de justicia de Enrique II también condujo al desarrollo del derecho consuetudinario, que era un cuerpo de leyes basado en precedentes pasados y aplicado en todo el reino. Esto hizo que la ley fuera más predecible y justa, lo que animó a la gente a buscar justicia en las cortes reales en lugar de hacerlo por medios privados.
3. Jurados: Enrique II introdujo el uso de jurados en casos penales. Los jurados estaban formados por habitantes locales que juraban dar un veredicto basado en las pruebas presentadas ante el tribunal. Esto dio a la gente corriente una voz en la administración de justicia y redujo aún más el poder de los señores locales.
4. Ingresos reales: Las cortes reales generaban ingresos para el rey mediante honorarios y multas. Esto aumentó los recursos financieros del rey y lo hizo menos dependiente del apoyo de sus barones.
5. Autoridad real fortalecida: Al centralizar la justicia, desarrollar el derecho consuetudinario, utilizar jurados y generar ingresos, el innovador sistema de justicia de Enrique II contribuyó al crecimiento del sistema real y ayudó a convertir al rey en la autoridad suprema en Inglaterra.