Para ser elegible para la Guardia, los candidatos deben ser varones católicos suizos solteros de entre 19 y 30 años y deben haber completado una formación básica en el ejército suizo. También deben medir al menos 174 centímetros (5 pies y 8,5 pulgadas) de altura y tener una buena referencia de carácter por parte de su párroco.
Los reclutas se someten a un programa de formación de 26 semanas, que incluye instrucción en armas de fuego, combate cuerpo a cuerpo y primeros auxilios. También reciben capacitación en deberes ceremoniales, como marchar e izar banderas.
Tras completar con éxito su formación, los reclutas son asignados a una de las cuatro compañías que componen la Guardia. Cada compañía está al mando de un capitán y toda la Guardia está bajo el mando de un coronel.
La Guardia Suiza es una fuerza militar profesional y es muy respetada por su disciplina, lealtad y coraje. Han servido al Papa durante más de 500 años y continúan desempeñando un papel importante en la protección del Santo Padre y de la Iglesia Católica.