1. Inestabilidad política: Los frecuentes cambios de emperadores, guerras civiles y luchas de poder dentro del imperio provocaron inestabilidad y debilitaron la autoridad central de Roma. Esto hizo que fuera difícil mantener un sistema de defensa cohesivo y eficaz.
2. Amenazas externas: El imperio estaba bajo presión constante de varios enemigos externos, incluidas las tribus germánicas en el norte, los persas sasánidas en el este y el resurgimiento del Imperio parto. Las fronteras del imperio eran vastas y difíciles de defender y se extendían desde Gran Bretaña hasta Oriente Medio.
3. Decadencia de la disciplina y la moral militares: El ejército romano, alguna vez famoso por su disciplina y eficiencia, experimentó un declive en estas áreas durante la crisis. Los soldados se inclinaron más a apoyar las ambiciones personales de sus generales que los intereses del imperio, lo que afectó la eficacia general del ejército.
4. Dificultades financieras: El imperio enfrentó graves desafíos financieros debido a las guerras constantes y la inestabilidad interna. Esto limitó los recursos disponibles para mantener una fuerza militar grande y bien equipada, lo que dificultó responder eficazmente a las amenazas.
5. Incursiones bárbaras y conflictos internos: Además de las amenazas externas, el imperio también tuvo que hacer frente a conflictos internos y a crecientes incursiones de tribus bárbaras. La falta de una autoridad central fuerte hizo que fuera difícil coordinar los esfuerzos de defensa y mantener la seguridad fronteriza.
6. Guarniciones sobrecargadas y sin personal suficiente: El ejército romano a menudo estaba sobrecargado y carecía de personal suficiente, lo que dificultaba la defensa de todas las fronteras simultáneamente. Esto permitió a los enemigos explotar las debilidades y penetrar en territorio romano.
7. Pérdida de territorios estratégicos: Como resultado de estos desafíos defensivos, el imperio perdió el control de varios territorios, como Dacia (la actual Rumania) y partes de Medio Oriente. Esto debilitó aún más la posición defensiva de Roma y fomentó más invasiones.