- Desvió recursos alemanes del Frente Oriental, donde tuvo lugar la mayor parte del Holocausto. Esto provocó una disminución en el número de tropas alemanas disponibles para proteger los campos de concentración y exterminio, lo que facilitó la fuga de los prisioneros.
- Dio esperanza a los prisioneros en los campos de concentración y de exterminio. Sabían que los aliados estaban luchando para derrotar a los nazis y esperaban ser liberados pronto. Esta esperanza les dio la fuerza para resistir las duras condiciones y sobrevivir.
- Ayudó a cambiar el rumbo de la guerra a favor de los aliados. A medida que los aliados ganaron más terreno en Europa, los nazis se desesperaron más y empezaron a perder la esperanza de ganar la guerra. Esta desesperación llevó a un aumento de la violencia y la brutalidad del Holocausto, cuando los nazis intentaron exterminar a tantos judíos como fuera posible antes de ser derrotados.
En general, el Día D y la invasión de Normandía no detuvieron directamente el Holocausto, pero sí tuvieron algunos efectos indirectos que ayudaron a conducir a la liberación de los campos de concentración y de exterminio y al fin del Holocausto.