1. Motivaciones económicas: España buscaba ampliar sus rutas comerciales y encontrar nuevas fuentes de riqueza, incluidos oro, plata y otros recursos valiosos. El descubrimiento de América ofreció la posibilidad de adquirir grandes cantidades de metales preciosos y riquezas.
2. Ambiciones políticas: La monarquía española buscó expandir su poder e influencia en el mundo. Enviar exploradores al Nuevo Mundo era una forma de establecer el control español sobre nuevos territorios y competir con otras potencias europeas, como Portugal, Francia e Inglaterra, que también competían por el control de estas regiones inexploradas.
3. Celo religioso: España era profundamente católica y los monarcas españoles estaban ansiosos por difundir el catolicismo entre los pueblos indígenas de América. Los exploradores iban a menudo acompañados por misioneros, cuya misión era convertir a las poblaciones nativas al cristianismo.
4. Curiosidad científica: Algunos exploradores españoles estaban motivados por una curiosidad genuina por el mundo y el deseo de explorar nuevas tierras y aprender sobre diferentes culturas. Estaban ansiosos por documentar y comprender la historia natural, la geografía y la gente de las Américas.
5. Consideraciones estratégicas: La posición geopolítica de España en Europa significó que tenía que mantener una marina fuerte y una presencia en el Océano Atlántico. Enviar exploradores al Nuevo Mundo era una forma de afirmar el poder naval de España y proteger sus rutas marítimas de posibles amenazas de otras naciones europeas.