Hubo una serie de factores teológicos y políticos que contribuyeron al cisma, entre ellos:
- Desacuerdos sobre la autoridad del Papa:El Papa afirmó ser el sucesor de San Pedro y jefe de la Iglesia cristiana, mientras que el Patriarca de Constantinopla rechazó esta afirmación y afirmó su propia autoridad sobre el cristianismo oriental.
- Disputas teológicas:Había una serie de diferencias doctrinales entre la Iglesia Católica Romana y la Ortodoxia Oriental, incluida la cláusula Filioque en el Credo de Nicea, el uso de pan sin levadura en la Eucaristía y la doctrina del purgatorio.
- Rivalidades políticas:La rivalidad entre el papado y el Imperio bizantino influyó en el cisma. Los emperadores bizantinos a menudo intentaron controlar el nombramiento del patriarca de Constantinopla y les molestaba el creciente poder e influencia del papado.
El cisma fue un acontecimiento complejo y multifacético que tuvo un profundo impacto en el desarrollo del cristianismo. Condujo a la creación de dos ramas distintas del cristianismo, cada una con sus propias tradiciones, creencias y prácticas. El cisma también tuvo un impacto significativo en el desarrollo político y cultural de Europa y Oriente Medio.