Si algunos científicos hubieran mencionado que la Tierra puede girar alrededor del sol, surgió lo que se llama heliocentrismo (helios que significa sol en griego), como Filolao de Crotona (V e siglo aC) o Aristarco de Samos (III th siglo aC), sus teorías, según Arquímedes, no han sido estudiadas. Ptolomeo y Aristóteles, por otro lado, sitúan la Tierra en el centro del universo (geocentrismo). Esta última teoría fue reconocida casi unánimemente hasta el siglo XVI. siglo.
1512-1610
Personajes
Aristarco de Samos
Nicolás Copérnico
Galileo
Procedimiento
El canónigo (clérigo) Nicolás Copérnico (1473-1543) tuvo una temprana pasión por la astronomía. Durante una estancia en Bolonia (Italia), estudió en particular las teorías del universo de Aristarco de Samos. Observando las estrellas, Nicolás Copérnico expone sus primeros principios, contradiciendo a Ptolomeo que defiende, desde el II e siglo, geocentrismo. De hecho, Copérnico afirma no sólo que la Tierra gira sobre sí misma, sino que gira alrededor del Sol, como otros planetas. También señala que la luna es un satélite de la tierra. El sol se convierte entonces en el centro del universo (heliocentrismo).
Su manuscrito De hipothesibus motuum coelestium a se constitutis commentariolus , más conocido por el título corto de Commentariolus – circula, por tanto, bajo el abrigo, entre 1512 y 1513. En efecto, es impensable en la época refutar la teoría de Ptolomeo. La Iglesia, en particular, está muy apegada al geocentrismo porque la Tierra y el hombre, creados por Dios, están en el centro del Universo. Está en su De revolutionibus orbium caelestium (Revoluciones del Orbe Celestial ), editado en Nuremberg y publicado póstumamente en el que Copérnico expone toda su teoría. En su prefacio insiste en que su teoría es sólo una hipótesis para no ofender a la Iglesia; verá la primera copia justo antes de morir, el 24 de mayo de 1543.
Aproximadamente un siglo después, en 1610, el italiano Galileo (1564-1642) recurrió a la astronomía y a la revolución copernicana... lo cual confirmó. Expone así los principios mecánicos que explican el heliocentrismo. De hecho, gracias a la invención del telescopio óptico, observa las estrellas. En enero de 1610 detectó 4 satélites de Júpiter y comprendió que giran alrededor del planeta tal como lo hace la Luna con la Tierra, y que los dos planetas también giran alrededor del Sol, no siendo siempre visibles los satélites. En 1610 publicó su Messenger des Astres así como Diálogo sobre los dos principales sistemas del mundo en 1632, lo que le valió un juicio por parte de la Inquisición. Abjura para escapar de la muerte, pero habría pronunciado esta frase, que sigue siendo célebre, en un murmullo "Y sin embargo, ella se vuelve" !
Consecuencias
Los descubrimientos de Nicolás Copérnico, confirmados por Galileo, suponen una auténtica revolución y trastornan por completo la visión del mundo de la época. A partir de ahora, la Tierra ya no es el centro del Universo sino un planeta entre otros, lo que genera muchas preguntas científicas y teológicas. Con la confirmación del heliocentrismo por parte de Galileo, la ciencia se irá desvinculando progresivamente de la Iglesia.