* Expansión del comercio británico en China. En los siglos XVIII y XIX, la Compañía Británica de las Indias Orientales estableció una próspera relación comercial con China. La empresa exportaba algodón y opio a China e importaba té, seda y porcelana. El apetito británico por el té provocó un déficit comercial con China, ya que los británicos se vieron obligados a pagar sus importaciones con plata. A medida que crecieron las ventas de opio británico, el volumen de opio importado a China aumentó constantemente, provocando graves adicciones y problemas sociales.
* Intentos del gobierno chino de reprimir el contrabando de opio. El gobierno Qing reconoció y prohibió las importaciones y el consumo de opio ya en 1729. Sin embargo, el comercio era muy rentable para los comerciantes británicos y chinos que colaboraban con ellos, y el contrabando de opio continuó. El gobierno chino intentó repetidamente tomar medidas enérgicas contra el comercio, pero sus esfuerzos a menudo fueron ineficaces y los funcionarios corruptos a menudo fueron sobornados para que hicieran la vista gorda.
* Conflicto por protocolo diplomático y extraterritorialidad. Además del comercio de opio, las tensiones entre Gran Bretaña y China se vieron exacerbadas por una serie de otras cuestiones. Gran Bretaña insistió en un trato diplomático igualitario con China, pero el gobierno Qing se negó a tratar a los representantes británicos como iguales y se negó a permitirles vivir en Beijing. Gran Bretaña también buscó la extraterritorialidad para sus ciudadanos, lo que significaba que estarían sujetos a las leyes británicas en lugar de a las leyes chinas.
* Arrogancia percibida de los británicos. Los representantes y comerciantes británicos a menudo actuaban de manera arrogante e irrespetuosa hacia los funcionarios y ciudadanos chinos, alimentando el resentimiento contra los extranjeros.
Guerras del Opio (1839-1842 y 1856-1860)
La culminación de estas tensiones fueron dos guerras entre Gran Bretaña y China, conocidas como las Guerras del Opio. La Primera Guerra del Opio (1839-1842) comenzó cuando las autoridades chinas confiscaron y destruyeron barcos de opio británicos en el puerto de Cantón (hoy Guangzhou). Gran Bretaña respondió enviando una fuerza naval para atacar las ciudades costeras chinas y finalmente capturó la isla de Hong Kong.
El Tratado de Nanjing, que puso fin a la Primera Guerra del Opio, se firmó en 1842. El tratado dio a Gran Bretaña el control de Hong Kong, abrió cinco puertos chinos al comercio exterior y concedió extraterritorialidad a los ciudadanos británicos en China. El tratado también impuso una gran indemnización a China y obligó al gobierno chino a legalizar el comercio de opio.
La Segunda Guerra del Opio (1856-1860) se libró por cuestiones similares y terminó con otra victoria británica. El Tratado de Tientsin (1858), que puso fin a la Segunda Guerra del Opio, otorgó a Gran Bretaña más concesiones, incluida la apertura de más puertos chinos al comercio exterior y la legalización del cultivo de opio en China.