Historia antigua

¿Cómo trató el pueblo al faraón?

En el antiguo Egipto, el faraón era considerado un gobernante divino, la encarnación del dios Horus en la Tierra. Como tal, el faraón era tratado con el mayor respeto y veneración por parte del pueblo. El faraón era el gobernante absoluto de Egipto, con poder total sobre todos los aspectos de la vida en el país. Era responsable de redactar leyes, dirigir el ejército y supervisar la economía. El faraón también era el jefe de la jerarquía religiosa y era responsable de realizar rituales y ceremonias para asegurarse el favor de los dioses.

El faraón era típicamente representado como una figura fuerte y poderosa, a menudo con cuerpo de hombre y cabeza de halcón. A menudo se le mostraba llevando una corona y portando un cetro y un cayado, que eran símbolos de su autoridad. El faraón también estaba rodeado por un séquito de funcionarios y sirvientes, que estaban allí para atender todas sus necesidades.

Se esperaba que el pueblo de Egipto mostrara al faraón total obediencia y respeto. A menudo se arrodillaban o se inclinaban en su presencia y se dirigían a él con títulos como "Su Majestad" o "Rey del Alto y Bajo Egipto". También se consideraba que el faraón era el protector de Egipto, y el pueblo acudía a él en busca de orientación y protección en tiempos de crisis.

A cambio, se esperaba que el faraón cubriera las necesidades de su pueblo. A menudo construía templos, monumentos y otras obras públicas para mejorar la vida de sus súbditos. También promulgaría leyes para garantizar la justicia y el orden, y dirigiría al ejército para defender a Egipto de sus enemigos.

El faraón era una figura central en la cultura del antiguo Egipto y desempeñaba un papel vital en la vida cotidiana del pueblo. Era un símbolo de poder, autoridad y protección, y era reverenciado como un gobernante divino.