1. Superioridad numérica: Las fuerzas británicas al mando de Cornwallis fueron superadas en número por los ejércitos combinados estadounidense y francés. Los estadounidenses tenían aproximadamente 12.000 soldados, mientras que los franceses aportaban unos 7.800 soldados. El ejército de Cornwallis, por otro lado, contaba con alrededor de 7.000 personas.
2. Agotamiento de suministros: Las líneas de suministro británicas fueron interrumpidas por la marina francesa, que bloqueó la bahía de Chesapeake e impidió que Cornwallis recibiera refuerzos o provisiones. Esta escasez de suministros debilitó la posición británica y les dificultó continuar el asedio.
3. Cerco: Las fuerzas estadounidenses y francesas rodearon efectivamente al ejército de Cornwallis en Yorktown. Los estadounidenses actuaron para bloquear la retirada de Cornwallis a Gloucester Point, mientras que los franceses se posicionaron en el lado opuesto del río York, impidiendo cualquier ruta de escape. Este cerco dejó a Cornwallis con pocas opciones.
4. Pérdida de moral: Los soldados británicos estaban desmoralizados por los continuos bombardeos de la artillería estadounidense y francesa, así como por el conocimiento de que su situación era cada vez más grave. La moral del ejército de Cornwallis se deterioró aún más cuando se dieron cuenta de la inutilidad de su posición y la improbabilidad de recibir ayuda.
5. Presión diplomática: El gobierno británico reconoció la importancia estratégica de Yorktown y las posibles consecuencias de perder la guerra en América del Norte. Con las probabilidades en su contra y la posibilidad de mayores daños políticos y económicos, el gobierno británico presionó a Cornwallis para que buscara condiciones de rendición en lugar de arriesgarse a una derrota desastrosa.
6. Opciones estratégicas limitadas: Las opciones de Cornwallis eran muy limitadas. Intentar romper el asedio probablemente provocaría muchas bajas, mientras que permanecer en la ciudad fortificada sin suministros provocaría hambruna. Cornwallis comprendió la naturaleza precaria de su posición y finalmente concluyó que rendirse era la decisión más pragmática.
A la luz de estos factores, el general Cornwallis decidió rendirse a las fuerzas estadounidenses y francesas el 19 de octubre de 1781, poniendo fin efectivamente a importantes operaciones de combate en la Guerra Revolucionaria Estadounidense.