Sin embargo, más tarde, durante los esfuerzos de colonización y las posteriores conquistas europeas, las poblaciones indígenas en las Américas experimentaron una disminución significativa debido a factores como la guerra, las enfermedades introducidas por los europeos, la esclavitud, el desplazamiento y los cambios culturales que alteraron los medios de vida y las sociedades tradicionales. Estos procesos redujeron colectiva y trágicamente a muchas poblaciones nativas a una escala mucho mayor, lo que a menudo se caracteriza como un colapso demográfico. La posterior colonización de muchas tierras nativas trajo un inmenso costo humano a lo largo de las generaciones en los años posteriores a esta época, con efectos complejos que perduran hasta las eras actuales.