Mano de obra: Los iroqueses eran un pueblo hábil y trabajador. Pudieron construir estructuras complejas, como casas comunales y fortificaciones. También pudieron producir una variedad de bienes, como ropa, herramientas y armas.
Capital: Los iroqueses tenían una cantidad limitada de capital, pero pudieron utilizarlo de forma eficaz. Invirtieron en infraestructura, como carreteras y puentes. También invirtieron en educación, lo que ayudó a garantizar que su gente tuviera las habilidades que necesitaba para tener éxito.
Los iroqueses pudieron utilizar sus recursos de capital para construir una sociedad poderosa y próspera. Pudieron defenderse de sus enemigos y ampliar su territorio. También pudieron desarrollar una rica cultura y hacer importantes contribuciones al mundo.