Tácticas navales griegas superiores: El trirreme griego, con su diseño único con tres niveles de remos, proporcionó mayor velocidad y maniobrabilidad, lo que permitió a la flota griega ejecutar maniobras tácticas y superar a la flota persa en aguas confinadas.
Familiaridad griega con las aguas locales: Las fuerzas griegas tenían conocimiento local de los vientos, las corrientes y los peligros submarinos de la región, lo que les dio una ventaja significativa para navegar por los estrechos y desplegar eficazmente sus barcos.
Factores psicológicos: Los guerreros griegos luchaban para proteger su patria y sus familias de la invasión persa, mientras que las fuerzas persas estaban compuestas predominantemente por naciones sometidas y mercenarios que carecían del mismo nivel de motivación y compromiso que sus homólogos griegos.
Inteligencia y preparación ateniense: El general ateniense Temístocles había anticipado la invasión persa y reubicó proactivamente a la población civil en un lugar seguro y se aseguró de que la flota griega estuviera bien preparada para el conflicto que se avecinaba.
Estos factores contribuyeron colectivamente a la desventaja persa en la batalla de Salamina, lo que finalmente resultó en su derrota ante las fuerzas griegas.