Prosperidad económica:el pueblo songhai creó una extensa red comercial que se extendía a lo largo del desierto del Sahara hasta el Mediterráneo y Oriente Medio. Comerciaban con artículos como oro, sal, esclavos y cereales. Este comercio impulsó la economía del imperio y lo hizo bastante rico.
Liderazgo eficaz:los emperadores Songhai, especialmente Askia Muhammad I (r. 1493-1528), fueron líderes capaces que expandieron el territorio del imperio y consolidaron su autoridad. Askia Muhammad I fue un gran general que lideró la conquista de muchas ciudades y regiones importantes, incluida Tombuctú.
Centro cultural e intelectual:la ciudad de Tombuctú se convirtió en un destacado centro de aprendizaje y erudición bajo el dominio Songhai. Se establecieron varias madrazas o universidades islámicas prestigiosas que atrajeron a académicos de todo el mundo musulmán. Tombuctú se hizo conocida por sus bibliotecas y su producción de manuscritos iluminados.
Conversión religiosa:Los gobernantes Songhai abrazaron el Islam y promovieron su expansión por todo el imperio. Esto ayudó en la integración política y cultural de las diversas poblaciones bajo su control.
Destreza militar:el ejército songhai estaba bien organizado y equipado con armamento avanzado, como pistolas, cañones y mosquetes. Eran expertos en tácticas tanto de caballería como de infantería, lo que les daba una ventaja sobre sus enemigos.