Durante la Edad de Piedra, los humanos eran principalmente nómadas y se movían de un lugar a otro en busca de alimento y refugio. Dependían de la caza y la recolección para obtener su sustento y no se dedicaban a la agricultura ni a la domesticación de animales. Como resultado, las primeras ciudades no fueron asentamientos permanentes y a menudo fueron abandonadas cuando se agotaron los recursos de la zona.
Es importante señalar que el concepto de "ciudades" tal como las entendemos hoy no existía en la Antigua Edad de Piedra. El término "ciudad" normalmente se refiere a un centro urbano grande y densamente poblado con diversas instituciones sociales, económicas y culturales. Estas características no estaban presentes en los primeros asentamientos del Paleolítico.