Así es como funciona la agricultura de tala y quema:
1. Los agricultores talan una sección del bosque talando árboles y vegetación.
2. Luego se quema la vegetación talada, liberando nutrientes al suelo.
3. Luego se plantan cultivos en el área despejada.
La ceniza de la vegetación quemada proporciona un impulso temporal de fertilidad al suelo, lo que permite a los agricultores cultivar. Sin embargo, esta fertilidad se agota rápidamente y el suelo queda expuesto a los elementos. Esto puede provocar erosión del suelo, pérdida de materia orgánica y disminución de la fertilidad del suelo.
Además, la agricultura de tala y quema puede contribuir al cambio climático al liberar gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Por estas razones, la agricultura de tala y quema no es una práctica sostenible y debe evitarse.