Estos son los puntos clave que respaldaron la difusión de la Revolución Neolítica:
1. Similitudes en las prácticas agrícolas: La evidencia arqueológica sugiere que la adopción de la agricultura, las plantas domesticadas y la cría de animales se extendió desde centros específicos a regiones vecinas. Por ejemplo, el cultivo de trigo y cebada se originó en el Creciente Fértil y gradualmente se extendió a Europa y otras partes de Asia.
2. Intercambio Tecnológico: La Revolución Neolítica implicó importantes avances tecnológicos, incluido el desarrollo de herramientas, cerámica y tejido. Estas tecnologías se difundieron desde sus centros originales a otras regiones a través del comercio, el intercambio cultural y la migración.
3. Movimiento de población: Las migraciones humanas desempeñaron un papel crucial en la difusión del modo de vida neolítico. A medida que la gente se trasladaba de un lugar a otro, llevaban consigo conocimientos de agricultura, domesticación animal y otras prácticas neolíticas, lo que los introdujo a nuevas regiones.
4. Intercambio Cultural: El intercambio cultural entre diferentes grupos facilitó la difusión de las innovaciones neolíticas. Las interacciones entre sociedades vecinas, como a través del comercio o la diplomacia, permitieron el intercambio de ideas, tecnologías y prácticas relacionadas con la agricultura y la vida sedentaria.
5. Condiciones ambientales favorables: La Revolución Neolítica prosperó en regiones con condiciones ambientales favorables para la agricultura, como suelos fértiles, disponibilidad de agua y climas adecuados. Estos factores influyeron en la expansión de las prácticas neolíticas a áreas con características ambientales similares.
Es importante señalar que, si bien la difusión jugó un papel importante en la expansión de la Revolución Neolítica, no fue el único factor. Las innovaciones y adaptaciones locales también contribuyeron al desarrollo y adopción de prácticas neolíticas en diferentes regiones.