Estilo de vida sedentario: El cambio a un estilo de vida sedentario facilitó que la gente acumulara posesiones, lo que a su vez fomentó el matrimonio y la maternidad.
Mejoras condiciones de vida: Los pueblos del Neolítico vivían en asentamientos más permanentes, lo que ayudó a reducir la exposición a enfermedades y otros peligros. Esto mejoró las condiciones de vida y contribuyó al crecimiento de la población.
Mayor organización social: El desarrollo de instituciones y estructuras sociales durante el Neolítico ayudó a crear un entorno más estable y de apoyo para la crianza de los niños.
Avances tecnológicos: El desarrollo de nuevas tecnologías, como el arado y los sistemas de riego, aumentó la productividad agrícola y permitió un mayor crecimiento demográfico.