Los ríos de la antigua Mesopotamia eran propensos a desbordarse, lo que podía causar daños generalizados y pérdida de vidas. Las inundaciones a menudo destruirían cultivos, viviendas e infraestructuras y también podrían provocar la propagación de enfermedades.
Sequías
Los ríos de la antigua Mesopotamia también estaban sujetos a sequías, lo que podía provocar graves escasez de agua y pérdidas de cosechas. Las sequías también podrían provocar hambrunas y malestar social.
Sedimentación
Los ríos de la antigua Mesopotamia transportaban una gran cantidad de sedimentos que podían obstruir los canales de riego y hacerlos menos eficaces. El cieno también podría dañar los cultivos y hacer que la tierra sea menos fértil.
Enfermedades transmitidas por el agua
Los ríos de la antigua Mesopotamia a menudo estaban contaminados con enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, la disentería y la fiebre tifoidea. Estas enfermedades podrían causar enfermedades generalizadas y muerte.