Jerarquía social :La sociedad romana estaba muy estratificada:los patricios (la clase alta) ocupaban los rangos más altos y los plebeyos (la gente común) formaban la mayoría, pero tenían menos poder e influencia. Los patricios controlaban las instituciones políticas, económicas y religiosas y se consideraban superiores a los plebeyos.
Derechos políticos limitados :Inicialmente, los plebeyos estaban excluidos de ocupar altos cargos políticos como el cónsul, que estaba reservado a los patricios. Tenían poca voz en el gobierno y la legislación, lo que los marginaba políticamente.
Disparidades económicas :Los patricios a menudo controlaban vastas riquezas y recursos, incluidas grandes propiedades. Muchos plebeyos eran agricultores, artesanos, comerciantes o trabajadores que enfrentaban desafíos económicos y dependían de la clase patricia para su empleo y patrocinio. Esta desigualdad económica reforzó aún más las divisiones sociales.
Sistema de Clientela :El sistema de mecenazgo romano (clientela) creaba una relación jerárquica entre los individuos ricos (mecenas) y los que buscaban favores o protección (clientes). Los plebeyos eran a menudo clientes de los patricios y dependían de sus patrocinadores para obtener apoyo, asistencia económica y representación legal. Esta dependencia perpetuó la posición subordinada de los plebeyos.
Desventajas legales :Los plebeyos se enfrentaban a desventajas jurídicas en comparación con los patricios. El primer código legal, las Doce Tablas, estaba sesgado a favor de los patricios y a menudo se interpretaba en su beneficio. Los plebeyos tenían un acceso limitado a la justicia y enfrentaban castigos más severos por sus delitos.
Conflictos y Secesiones :Las tensiones entre patricios y plebeyos provocaron varios conflictos y secesiones. La plebe buscó mayores derechos y representación, amenazando con retirarse de la ciudad y establecer su asentamiento. Estos conflictos finalmente llevaron a concesiones y reformas que mejoraron el estatus de los plebeyos.
Con el tiempo, a través de luchas y reformas políticas, los plebeyos ganaron gradualmente más derechos y privilegios. Las leyes licinio-sextianas del 367 a. C., por ejemplo, permitían a los plebeyos ocupar el cónsulado, y otras leyes les concedían acceso a diversos cargos y posiciones religiosas. Sin embargo, los plebeyos tardaron varios siglos en alcanzar la plena igualdad jurídica y social con los patricios.