Durante la era de la prohibición, la producción y el consumo de alcohol todavía prevalecían, lo que dio lugar a un floreciente mercado negro de bebidas alcohólicas. Este mercado negro estaba dominado por grupos del crimen organizado como la mafia, que se beneficiaban del comercio ilegal. El contrabando, el proceso de producción, transporte y venta ilegal de alcohol, se generalizó y los bares clandestinos, establecimientos clandestinos donde se vendía y consumía alcohol, proliferaron por todo el país.
La era de la prohibición enfrentó críticas y resistencia generalizadas, ya que muchas personas la consideraron una infracción de la libertad personal y la vieron ineficaz para lograr los objetivos previstos. Además, la prohibición del alcohol contribuyó al aumento del crimen organizado y la corrupción. Finalmente, la prohibición fue derogada con la ratificación de la 21ª Enmienda en 1933, poniendo fin a la prohibición de bebidas alcohólicas en los Estados Unidos.