Una de las victorias más notables fue la batalla de Gaugamela en 331 a. C., donde las fuerzas de Alejandro derrotaron decisivamente al ejército de Darío, lo que provocó la caída del Imperio aqueménida.
Aunque Darío logró escapar de la batalla, más tarde fue asesinado por sus propios sátrapas, Beso y Nabarzanes, quienes buscaban la recompensa ofrecida por Alejandro.