El propósito del Imperio Británico era expandir el poder y la influencia británicos por todo el mundo. Esto se logró mediante una variedad de medios, incluida la conquista militar, la explotación económica y la asimilación cultural.
El Imperio Británico también sirvió para promover los valores e instituciones británicos, como la democracia, el libre comercio y el idioma inglés. En muchos casos, el Imperio Británico también jugó un papel en el desarrollo de las economías y la infraestructura locales.
Sin embargo, el Imperio Británico no estuvo exento de críticos. Algunos lo vieron como una forma de colonialismo que explotaba los recursos y las personas locales en beneficio de la economía británica. Otros argumentaron que el Imperio Británico era responsable de difundir la desigualdad social y económica en todo el mundo.
A pesar de estas críticas, el Imperio Británico tuvo un profundo impacto en la historia mundial. Dio forma al mundo moderno de muchas maneras, incluida la creación de los Estados Unidos de América, el surgimiento de la Unión Europea y la expansión del cristianismo y la cultura occidental.