En Nataruk, cerca del lago Turkana, Kenia, confiable y se ha encontrado evidencia comprobada de la ocurrencia de una batalla entre cazadores-recolectores nómadas prehistóricos. El conflicto tuvo lugar hace unos 10.000 años y actos brutales fueron parte de la lucha, ya que en la escena se descubrieron varios cráneos con fracturas graves, incluidas heridas faciales, así como huesos rotos de manos, rodillas, costillas y puntas de flecha aún incrustadas en huesos. . de guerra. Una mujer en las últimas etapas del embarazo fue encontrada con los antebrazos y las piernas cruzadas (porque probablemente estaban atascadas), con las rodillas fracturadas. Se descubrió un esqueleto de un hombre que contenía en el cráneo un fragmento de hoja de obsidiana -un tipo de vidrio volcánico fuerte y cortante- y, además de esta herida, con aplastamiento facial, probablemente provocado por un garrote de madera.
Los restos fosilizados se conservaron en una antigua zona pantanosa que se secó hace miles de años, lo que indica que en el momento del conflicto la región era fértil y con medios y condiciones favorables para la supervivencia. Debido a esto, los científicos estiman que la Masacre de Nataruk pudo haber sido resultado de disputas por recursos y territorios, además de la posibilidad de una acción para saquear alimentos almacenados en ollas.
Los investigadores de la Universidad de Cambridge involucrados en las excavaciones concluyen que la masacre de Nataruk es una indicación de que la violencia es de hecho una práctica común entre los humanos desde la antigüedad.