Descubrimientos arqueológicos

Reconstruyen el rostro de un perro de hace 4.500 años a partir de los restos encontrados en una tumba neolítica en Escocia

La artista forense Amy Thornton utilizó impresiones 3D de una tomografía computarizada del cráneo de un perro encontrado en una tumba neolítica en las Islas Orcadas, al norte de Escocia, para crear una reconstrucción de su cabeza con músculos, piel y cabello.

La datación por radiocarbono de los huesos del perro encontrados en la localidad de Cuween muestra que el cánido fue colocado en la cámara funeraria unos 500 años después de que se construyera la tumba, lo que sugiere que su entierro era parte de un ritual.

Según Steve Farrar, director de Entorno Histórico de Escocia , quien encargó el proyecto, al igual que los perros hoy en día eran mascotas muy valoradas, y ya en el Neolítico eran criados y entrenados como guardianes o por los granjeros para ayudar o cuidar a las ovejas. Pero los restos encontrados en Cuween Hill sugieren que los perros tenían un significado especial para quienes vivieron y utilizaron la tumba hace unos 4.500 años.

Reconstruyen el rostro de un perro de hace 4.500 años a partir de los restos encontrados en una tumba neolítica en Escocia

Farrar especula si quizás los perros eran su símbolo tótem o se consideraban a sí mismos gente de perros. . En cualquier caso, es el primer intento de reconstruir un perro de aquella época.

El perro de Cuween era aproximadamente del tamaño de un collie grande y tenía rasgos similares a los de un lobo gris europeo. Los investigadores creen que puede revelar información sobre las prácticas ceremoniales y el significado simbólico de los perros en las Islas Orcadas en el Neolítico tardío, así como sobre la aparición de los perros domésticos en el tercer milenio antes de Cristo.

Reconstruyen el rostro de un perro de hace 4.500 años a partir de los restos encontrados en una tumba neolítica en Escocia

La tumba de Cuween Hill, datada entre 3000 y 2400 a.C. Es un claro ejemplo de cámara funeraria neolítica. Tiene cuatro celdas que se abren desde una cámara central a la que se accede por un pasillo.

En él se encontraron 24 huesos de cráneos de perros cuando el yacimiento fue excavado en 1901, así como restos pertenecientes a ocho seres humanos.