Descubrimientos arqueológicos

El lugar donde estuvo el faro más antiguo del mundo

Los estrechos entre la península griega de Pelión, en Tesalia, y la isla de Skiathos en las Espóradas del Norte son, por su poca profundidad y abundancia de arrecifes, lugar de numerosos naufragios y naufragios a lo largo de la historia.

Precisamente uno de esos arrecifes, llamado Lefteris, resulta ser el lugar donde se encontraba el faro más antiguo del mundo, anterior incluso al famoso de Alejandría, que se remonta a la época de las Guerras Médicas entre griegos y persas.

El lugar donde estuvo el faro más antiguo del mundo

Allí encontró en 1928 Stylianos Lykoudis, que fue precisamente el fundador del moderno servicio de faros griegos, seis grandes bloques de piedra sumergidos a unos 3 metros de profundidad y a unos 20 metros al este del faro actual. Cada bloque pesaba entre 350 kilogramos y 1 tonelada, y Stylianos dice que eran muchos más, pero tan profundos que era imposible recuperarlos. Los seis en cuestión parecen ser los mismos que se encuentran actualmente, según The Greek Reporter, en el patio de la Comandancia Marítima del Pireo (aunque no hemos podido encontrar documentación gráfica sobre ellos).

En cualquier caso, Lykoudis informó que los bloques estaban hechos de dolomita y bien trabajados, y sabía exactamente qué eran. Pertenecían al primer faro conocido, construido 250 años antes que el faro de Alejandría, considerado la estructura más antigua construida para garantizar la seguridad de los barcos en todo el mundo.

Se basó en las palabras de Heródoto:

Las indicaciones dadas por Heródoto permitieron, tiempo atrás, identificar el lugar que él llama Mirmex con el actual arrecife de Lefteris, donde Lykoudis encontró los grandes bloques de piedra. Éste, que conocía la historia de la torre persa, no dudó en identificar los bloques como parte de aquella gran estructura.

Se habría ordenado construir en el año 480 a.C. por el rey persa Jerjes para advertir a sus marineros que el estrecho era prácticamente intransitable, con arrecifes en los que incluso los barcos pequeños y poco profundos podían encallar. Los grandes bloques de dolomita, apilados unos encima de otros, habrían formado una reluciente columna de piedra blanca a modo de advertencia.

Sin embargo, y aunque la veracidad de la historia es difícil de comprobar, la mayoría de historiadores creen que los bloques pertenecerían a una estructura mucho más antigua. No parece lógico que los persas llevaran allí piedras tan pesadas en sus barcos sólo para construir una torre, ni tampoco que los griegos no hubieran marcado previamente el lugar, sabiendo su peligro, para avisar a sus propios mercaderes. P>

En cualquier caso, la mención por Heródoto y el posterior descubrimiento de los restos, convierten el lugar y la estructura derrumbada en los primeros documentados en el mundo para advertir a los barcos del peligro de unas aguas, es decir, un faro.