Las aldeas neolíticas estaban ubicadas en áreas con suelo fértil y acceso al agua. Los habitantes de estos pueblos cultivaban cultivos como trigo, cebada y lentejas, y también criaban animales como ganado vacuno, porcino y ovino. Utilizaron herramientas hechas de piedra pulida y hueso, y también comenzaron a fabricar cerámica.
Las aldeas neolíticas fueron los primeros asentamientos humanos permanentes y marcaron un importante punto de inflexión en la historia de la humanidad. El desarrollo de la agricultura permitió a los humanos establecerse en un lugar y cultivar sus propios alimentos, lo que provocó una explosión demográfica. El período neolítico también vio el desarrollo de nuevas tecnologías y el surgimiento de la civilización.