Textiles:
Bagdad era un renombrado centro de producción textil y sus mercados ofrecían una variedad de finas sedas, lana y algodones. Los artesanos de la ciudad tejieron diseños, patrones y motivos intrincados que demostraban una gran habilidad artística. Estos textiles eran muy apreciados por su belleza y durabilidad, lo que los convertía en una opción popular para ropa, mobiliario y decoración.
Alfombras:
Las alfombras de Bagdad eran famosas por sus intrincados diseños, colores vibrantes y calidad excepcional. Confeccionadas con lana o seda y adornadas con intrincados patrones y motivos, estas alfombras irradiaban opulencia y estatus. Eran muy buscados por nobles, comerciantes y familias ricas a lo largo de la Ruta de la Seda.
Metalurgia:
Los metalúrgicos de Bagdad produjeron exquisitas obras de arte y artículos funcionales utilizando una variedad de metales como oro, plata, cobre y bronce. Estos incluían joyas complejas, objetos decorativos, vajillas y armas. Los patrones geométricos, la caligrafía y los diseños arabescos del arte islámico a menudo adornaban estas obras en metal.
Cristalería:
Los sopladores de vidrio de Bagdad crearon objetos de vidrio hermosos y muy apreciados. El vidrio de Bagdad presentaba diseños intrincados, patrones decorativos y una artesanía exquisita que mostraba las habilidades únicas de sus artesanos. Estas piezas de vidrio incluían vasijas, botellas, lámparas y objetos decorativos.
Especias y hierbas:
Los mercados de Bagdad estaban adornados con puestos que vendían una variedad de especias y hierbas. La ubicación estratégica de la ciudad le permitió ser una puerta de entrada para los comerciantes del Este, que traían diversas especias y hierbas exóticas de regiones como India, China y el sudeste asiático. Estas especias se utilizaban para realzar el sabor de los alimentos, elaborar medicinas y crear perfumes.
Piedras preciosas y joyas:
Los bulliciosos bazares de Bagdad estaban llenos de puestos que exhibían piedras preciosas, como rubíes, esmeraldas, zafiros y diamantes, así como exquisitas joyas elaboradas en oro y plata. Estas joyas a menudo tenían diseños intrincados y estaban adornadas con piedras preciosas, cuentas y esmalte. Eran apreciados como símbolos de estatus y muy valorados por la élite.
A través de sus prósperos mercados, Bagdad jugó un papel fundamental en el intercambio de bienes, culturas e ideas durante la era de la Ruta de la Seda. La diversa oferta de textiles, alfombras, orfebrería, cristalería, especias, hierbas, piedras preciosas y joyas de la ciudad la convirtieron en un destino buscado por comerciantes y comerciantes de todos los rincones del mundo.