Figuras Históricas

Francois Guizot

Francois Guizot François Guizot representa mejor que nadie la figura del político intelectual del siglo XIX. Su activa participación en la política francesa desde 1815 hasta 1848 no le impidió desarrollar una importante actividad literaria y cultural.

Nacido en Nimes el 4 de octubre de 1787, su padre era un abogado protestante que sirvió en las filas de los girondinos y participó en la insurrección federalista contra los jacobinos. Encarcelado, sería guillotinado en 1794 cuando su hijo sólo tenía 7 años. Tras estos hechos, su familia se trasladó a Ginebra, cuyo ambiente liberal y calvinista marcó la infancia de Guizot.

En Ginebra aprendió humanidades, ciencias puras y lenguas clásicas. En 1805 inició sus estudios de Derecho en París, que compaginaba con sus tareas de tutor de los hijos de Stapfer, embajador de la República Helvética en París. Gracias a él accederá a la alta sociedad parisina y conocerá a su futura esposa, Pauline de Meulan. En 1809 escribe su primera obra, un diccionario de sinónimos, y entra en contacto con Antoine Suard que le guiará en sus inicios literarios y le abrirá las puertas de los grandes periódicos franceses.

En 1812 Guizot fue nombrado profesor de historia moderna en la Facultad de Letras de la Universidad de París. Pero su pasión por su política le hará dejar de lado su labor docente para iniciar su proyección pública. Se unió al grupo liberal moderado encabezado por Royard-Collard. Durante la Primera Restauración fue nombrado secretario general del Ministerio del Interior y trabajó en la elaboración de la Ley de Imprenta. El regreso de Napoleón le hizo abandonar el ministerio y regresar a la Universidad. Tras la caída de Bonaparte y la implementación de la Segunda Restauración reanudó la actividad política. Fue nombrado secretario general del Ministerio de Justicia, Consejero de Estado y director general de la Administración departamental y municipal. En 1820 la caída del gobierno de Decasez le obligó a dimitir y se refugió, una vez más, en la Universidad. Entre 1820 y 1830, años en los que se aleja de la primera línea de la política, publica numerosas obras sobre política e historia.

Tras la revolución de 1830 y la caída de Carlos X, fue nombrado sucesivamente Ministro del Interior, Ministro de Instrucción Pública, Embajador en Londres, Ministro de Asuntos Exteriores y Presidente de el Consejo de Ministros. Su carrera política terminó en 1848, con su destitución del gobierno y su "exilio" a Londres. Una vez apartado del poder, se dedicó a continuar su ya extensa tarea histórica, a una profunda reflexión teológica y a participar activamente en las sesiones de la Academia Francesa, en la que había ingresado en 1836. Murió el 12 de septiembre de 1874 en Le Val- Más rico.

Francois Guizot La obra histórica de François Guizot es considerable. Dedicó más de una docena de libros a esta disciplina, sin contar los artículos publicados en periódicos y revistas y los trabajos realizados para la Academia Francesa. A pesar de la diversidad de su obra, hay en ella un elemento común:la influencia de su concepción política. En numerosas ocasiones resulta difícil discernir si es el historiador Guizot o el Guizot político quien nos habla. Utiliza la historia como argumento para justificar sus principios ideológicos y defender el liberalismo. Podemos verlo claramente en algunos pasajes de su libro “Historia de la Revolución de Inglaterra ”Donde detiene la narración para compararla con la francesa y sacar conclusiones para la Francia de su tiempo. La dificultad para separar lo que es propiamente histórico de lo que es político ha llevado a muchos estudiosos a verlo como un historiador, sociólogo o un historiador político, en lugar de un historiador puro.

Guizot se distancia de la corriente dominante en la historiografía francesa de la época (Michelet o Thierry, por ejemplo) y muestra cierta originalidad en sus planteamientos. Adopta una visión más teórica que práctica del estudio de la historia. La narración de los hechos no es para él una cuestión esencial (aunque tampoco puede descuidarse porque, en ese caso, no habría historia), y su objetivo radica en explicar el curso de la historia a través de los principios generales que rigen esos hechos. . Es aquí donde surge de él la idea de civilización.

Guizot consideraba que la función principal de la política era crear en las sociedades las condiciones de equilibrio adecuado entre los principios de autoridad y libertad, cuya relación dialéctica dará origen a la historia de la civilización. . Para él, la civilización es el principio central de la historia (aunque evita darle una definición precisa) que lo mueve todo. La civilización es el resultado de una multiplicidad de factores interrelacionados, ninguno de los cuales encuentra una justificación aislada. De esta manera, la civilización no son los hechos sino las conexiones que surgen entre las relaciones ocultas detrás de esos hechos.

Francois Guizot Considera que la humanidad ha pasado por diferentes períodos, cada uno con su propia cohesión intelectual, en los que las ideas se transforman en dar paso a otros. La causa de estas transformaciones no son tanto los individuos sino las luchas entre grupos sociales (es el primero en recurrir a esta idea que desarrollarán más tarde los marxistas). En el caso de Europa, reduce a tres las etapas que marcan su historia:la primera concluye con la caída de Roma, la segunda va hasta la Reforma y la tercera desde la Reforma hasta su propia época. Cada uno de estos períodos está sometido a fuertes tensiones sociales y traslada sus características al siguiente:el Imperio Romano abandona su concepción de imperio y libertad municipal; el feudalismo, la idea de la independencia germánica y la Reforma, el desarrollo de la vida espiritual.

Guizot cree en un destino general de la humanidad y, por tanto, en la posible elaboración de una Historia Universal. Asume, sin embargo, que esta tarea excede sus competencias y centra sus esfuerzos en lo que puede abarcar y en lo que tiene información suficiente. Centra su atención en describir la evolución de las formas sociales, en trazar el camino que ha permitido la aparición de derechos y libertades y en mostrar las transiciones que se han producido a lo largo de la historia.

Para Guizot, el papel del historiador es triple. En primer lugar, debe actuar como un anatomista que disecciona el "cuerpo" histórico y acumula materiales para conocer los hechos que lo componen. En segundo lugar, deberá abandonar la función de anatomista para convertirse en fisiólogo, cuya misión será explicar cómo se relacionan los distintos órganos del cuerpo y cuáles son sus funciones. Finalmente, tiene que representar el pasado como una realidad viva con repercusiones en el presente. Plantea, por otra parte, dos maneras de abordar el estudio de la historia. Una sería dar prioridad al individuo y, por tanto, centrarse en el estudio de la lenta y progresiva mejora de los sentimientos humanos. Y la segunda, que él mismo prefiere, centraría su interés en lo social, en la descripción de los elementos sociales que marcan el devenir de la historia.


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