Lucrezia Borgia, hija del cardenal Rodrigo Borgia, dejó su huella en su época como mecenas de las artes y las letras. Víctima de su tiempo, los mitos que la convirtieron en depravada y envenenadora aún persisten hoy.
Negociaciones de boda
Nacida el 18 de abril de 1480 cerca de Roma, Lucrezia Borgia es hija de Vannozza Cattanei, un patricio romano, amante del cardenal Rodrigo Borgia (futuro Papa Alejandro VI). Rápidamente se convirtió en una herramienta política para su padre y para su hermano, César Borgia, un señor italiano. Así, desde su infancia, fue objeto de varios contratos matrimoniales firmados y luego cancelados en favor de otros más ventajosos.
Ya había sido prometida dos veces cuando fue entregada en matrimonio, en 1493, a la edad de 13 años, a Giovanni Sforza, condotiero y señor de Pesaro y Gradara. Pero el padre de Lucrecia, que se convirtió en Papa en 1492, pronto ya no necesitaba una alianza con Sforza y trató de romper el matrimonio presionando a Giovanni para que solicitara el divorcio. Giovanni se niega y levanta el rumor de relaciones incestuosas entre Lucrezia, su padre y su hermano. Finalmente, en 1497, Alejandro VI anuló el matrimonio, argumentando que no había sido consumado.
Sin embargo, cuando el matrimonio es anulado por no consumarse, Lucrecia queda embarazada, posiblemente de Pedro Calderón, chambelán de Giovannu Sforza. Probablemente da a luz en 1498 a un niño, pero se le niega el nacimiento; el niño, Giovanni Borgia, que podría ser suyo es atribuido a su padre y el cuerpo de Pedro Calderón es encontrado en el Tíber.
Protector de las artes y las letras
En 1498, Lucrecia Borgia se volvió a casar con Alfonso de Aragón, hijo natural del rey Alfonso II de Nápoles. La pareja tuvo un hijo, lo que evitó que el matrimonio fuera anulado por no consumarse, y en 1500 Alfonso de Aragón fue asesinado por un grupo de mercenarios, entre ellos un hombre de confianza de César Borgia.
Tras la muerte de su marido en 1501, Alejandro VI volvió a casar a su hija con Alfonso I d'Este, que se convertiría en duque de Ferrara cuatro años después. Este matrimonio, del que nacerán siete hijos, durará hasta su muerte. En Ferrara se convirtió en protectora de las artes y las letras, participó activamente en la influencia cultural de la ciudad y gobernó en ausencia de su marido. Murió de sepsis en 1519, tras su noveno parto.
Incestuosa, venenosa, depravada… Se han hecho muchas acusaciones contra Lucrèce Borgia y muchos autores (como Victor Hugo) han transmitido –y siguen transmitiendo– su reputación sulfurosa. Hoy, los historiadores coinciden en absolverla de lo que se le acusa. Primero una herramienta política en manos de su padre y su hermano, Lucrecia Borgia fue, en su época, sobre todo conocida por lo que aportó a la influencia cultural de Ferrara.