Nabucodonosor fue un gobernante ambicioso y despiadado que expandió el Imperio Babilónico al máximo. Conquistó gran parte de Oriente Medio, incluidas Siria, Palestina, Egipto e incluso partes de Anatolia y Arabia. También reconstruyó Babilonia, convirtiéndola en una de las ciudades más magníficas del mundo.
Nabucodonosor también es recordado por sus políticas religiosas. Era un devoto del dios babilónico Marduk y promovió la adoración de otros dioses babilónicos en todo su imperio. También persiguió a los judíos y a otros pueblos conquistados, obligándolos a adorar a dioses babilónicos y adoptar costumbres babilónicas.
A pesar de su crueldad y crueldad, Nabucodonosor también fue un gran constructor y administrador. Construyó palacios, templos, canales y caminos por todo su imperio. También fomentó el comercio y Babilonia se convirtió en un importante centro de comercio y cultura.
Nabucodonosor murió en 562 a. C. y su imperio pronto se desmoronó. Sin embargo, su legado como gran conquistador y constructor ha perdurado durante siglos.